sábado, 18 de febrero de 2012

Tachar lo que no corresponda

Por Florencia Estigarribia


En el preciso instante en que el sol salía se ponía se detenía arribaba alumbraba la calle el techo el zaguán el rostro del niño de la casa de la escuela de la frontera del libro del reloj de la cuna del hermano del amigo del primo, el profesor se disponía a dictar debatir concluir comentar opinar con la clase con el niño consigo mismo acerca del texto del cuento de la fábula de la novela de la crónica de la descripción del poema que marcaría el inicio el final la grandilocuencia la conclusión la paradoja la solución el planteo de la inquietud que acompañaría al niño durante años meses días horas décadas toda su vida para darle sentido para quitarle sentido para atormentarlo para alegrarlo para revivir su infancia para recordar para reflexionar, y así, lograr aprender.

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